jueves, 28 de junio de 2018

La solución políticamente correcta

La solución políticamente correcta es solucionar el problema 
decretando que no es un problema. 

Esta frase del post anterior quedó resonando en mi cabeza y me pareció necesario dedicarle unas palabras a parte. La mejor forma de entender una idea suele ser pensar en ejemplos; en realizaciones de dicha idea. Lo primero que me vino a la mente fue el problema de la discapacidad. La discapacidad es, según la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan alguna deficiencia física mental, intelectual o sensorial que a largo plazo afectan la forma de interactuar y participar plenamente en la sociedad. Evidentemente, la discapacidad es un problema para quienes la padecen. La solución es entender plenamente cuales son las limitaciones que cada discapacidad impone sobre las personas y tratar de brindarles las herramientas necesarias para que se desarrollen plenamente. La solución políticamente correcta es sugerir que "discapacidad" es una expresión discriminatoria y que debería llamarse a los discapacitados "personas con capacidades especiales".

De este ejemplo surgen dos ideas interesantes. La primera es que la corrección política siempre se escuda en la intención de combatir la discriminación. La segunda es que le gustan mucho los eufemismos. Lo cierto es que las capacidades de los discapacitados no tienen nada de especiales, son inferiores a las capacidades del resto de las personas. Decir esto suena mal, pero no es discriminar: es simplemente asumir la complejidad del problema para tratar de resolverlo de la mejor forma posible.

Pensemos en otro ejemplo. En Estados Unidos, el 12.7% de la población es negra. En este país, los negros viven situaciones de discriminación todos los días. Una gran parte del problema de los negros en Estados Unidos reside en el hecho de que son una minoría con un ingreso económico, en promedio, bajo. Negar que sean una minoría o que tengan problemas económicos nunca podrá ser una solución, solo una forma políticamente correcta de evitar el problema. Lo interesante es pensar en las causas de dicha situación, quienes son los culpables y como se puede revertir. Un caso interesante es el de los premios Oscar de los años 2015 y 2016, en los cuales no hubo ninguna nominación a mejor actor/actriz para la comunidad afroamericana. En primer lugar, si pensamos en que son el 12.7% de la población, no es tan raro pensar que aproximadamente solo un 10% de los Oscar serán para personas negras. Más aún, si tenemos en cuenta que la población negra tiene menos acceso a la educación y consideramos el hecho de que, por lo general, la actuación requiere de mucho apoyo económico empezamos a entender que no es para nada raro que no haya negros entre los nominados. Es el síntoma de los factores que acabo de mencionar. Lo interesante sería que el hecho evidencie una estructura de desigualdad en la sociedad estadounidense. En los oscar creyeron que si no había afroamericanos nominados era porque la Academía los estaba discriminando y que la solución era obligarla a nominar "personas de color" (como les gusta decir a ellos).

Intentar forzar a la comunidad afroamericana de actuación dentro del podio de nominados puede tener consecuencias negativas. La más evidente es que borra automáticamente el síntoma pero no el conflicto de raíz. La discriminación positiva como parche para invisibilizar problemas es una de las herramientas más dañinas de la corrección política dado que cura los síntomas pero no la enfermedad, que sigue creciendo sin ser vista, mientras todos sonríen y piensan en más eufemismos para limpiar sus conciencias.

Otro ejemplo similar es el de las mujeres y la ciencia. Según la American Physics Society, aproximadamente el 20% de los puestos doctorales en física son ocupados por mujeres. Sin embargo, el porcentaje de aceptación es el mismo entre hombres y mujeres. Es decir, de cada 100 estudiantes de doctorado, 80 son hombres y 20 mujeres. Pero al aplicar, de cada 10 estudiantes hombres, 1 es aceptado y de cada 10 estudiantes mujeres, 1 es aceptada. La asimetría en los puestos doctorales reside en que hay muchos más hombres que mujeres aplicando al doctorado en un primer lugar [1].

La primera pregunta que surge es ¿Porque las mujeres están menos interesadas en la física que los hombres? Y luego aparecen otras como ¿Es esto un problema? ¿Como lo solucionamos? La primer pregunta es muy compleja y probablemente esté relacionada con una combinación de factores biológicos, psicológicos y, sobre todo, culturales y sociales. Todavía no sabemos muy bien como afecta el sexo biológico la psicología de las personas y su toma de decisiones (o si siquiera la afecta de alguna manera). Lo que si sabemos es que la identidad de género que construye la sociedad sobre el sexo biológico tiene consecuencias contundentes sobre el desarrollo de la personalidad de los seres humanos. Si consideramos que estas construcciones sociales privan a la mujer de una libertad completa a la hora de elegir su vocación, entonces podemos responder la pregunta N° 2: Si, la asimetría entre hombres y mujeres en áreas de ciencias exactas y naturales es un problema.

En la tercer pregunta es donde aparece el problema mayor. El hecho de que las mujeres ocupen menos cargos de doctorado en física que los hombres no es un problema en si mismo. Es la consecuencia de que la identidad de género femenina no está asociada con el estudio de ciencias exactas y naturales. Es un síntoma de la educación sesgada que reciben las mujeres en la escuela primaria y secundaria. Es una muestra de la crianza que reciben casi todas las niñas, siendo preparadas más para ser madres y amas de casa que para ser científicas.

Consecuentemente, la solución tiene que ser un conjunto complejo de políticas públicas que apunten a modificar la educación y la cultura de la sociedad, permitiendo que tanto hombres como mujeres puedan apuntar a los mismos puestos de trabajo, sin que haya un sesgo marcado por la identidad de género. Sin embargo, la solución que proponen las universidades de Estados Unidos es bajar la vara en las aplicaciones enviadas por mujeres y aceptar aplicantes menos capacitadas hasta equiparar el número de mujeres y el de hombres realizando doctorados en su institución. Nuevamente, la corrección política más preocupada por tapar el síntoma que por curar la enfermedad.

Esta medida tuvo una consecuencia inesperada: Antes las mujeres que entraban a la carrera doctoral, aunque menos que los hombres, estaban igualmente capacitadas que ellos. El hecho de que fueran una minoría dentro de la universidad no generaba discriminación, dado que estaban perfectamente calificadas para sus puestos de trabajo: Los porcentajes de aceptación fueron iguales y ellas obtuvieron notas tan buenas como los hombres. Luego de la medida, comenzaron a ingresar mujeres poco calificadas a las universidades que la implementaron. Lógicamente, la comunidad científica comenzó a discriminar a las mujeres de dichas instituciones dado que tenían un nivel inferior al de hombres y mujeres de otras universidades. Este acto de discriminación no tenía que ver con que fueran mujeres, sino que está directamente relacionado con la política de discriminación positiva que impulsó la universidad.

En este punto vale una aclaración. No estoy diciendo que todas las políticas de discriminación positiva estén mal [2]. Lo que estoy planteando es que hay que analizar cada caso para considerar si la medida va a ayudar o a empeorar más la situación. En el caso particular que acabamos de ver, las mujeres no estaban siendo discriminadas por su empleador a la hora de ser aceptadas sino que ellas mismas no estaban eligiendo dicho trabajo en la misma proporción que los hombres debido a factores culturales y sociales impuestos por una sociedad machista. En esta situación, la medida de discriminación positiva no solo no resuelve el problema sino que genera una nueva forma de discriminación que no existía antes de la medida.

En todos estos ejemplos la solución políticamente correcta ve al síntoma de una desigualdad estructural como un problema en si mismo e intenta solucionarlo con medidas de discriminación positiva que invisibilizan el problema de raíz y generan, en muchos casos, nuevas situaciones de discriminación.


[1] Más aún, parte de la información especificaba especificaba que los hombres y las mujeres aceptados tenían aproximadamente las mismas notas, reforzando la idea de que no hubo un sesgo de género en el criterio para aceptar aplicantes.

[2] Ya haremos una entrada sobre políticas de discriminación positiva con efectos positivos en la sociedad.

miércoles, 11 de abril de 2018

La Transexualidad y la Identidad de Género

Escribo esto a modo de catarsis porque estoy un poco confundido con muchisimas nociones de género que se han desarrollado en el último tiempo. Lejos de criticar a nadie, mi intención es resumir la información que estuve recolectando hasta el momento, de forma que pueda servirle a otras personas en mi situación.

1. El detonador inicial

Hace algunos años me encontraba procrastinando en Facebook cuando me encontré con un post por el día de la mujer. Puesto que ese post se ha perdido en las profundidades de internet, voy a intentar reproducir lo que me acuerdo. Decía algo así:

Para ser mujer no hace falta cocinar.
Para ser mujer no hace falta maquillarse.
Para ser mujer no hace falta tener hijos.
Para ser mujer no hace falta tener concha.

Este post me dejó pensando por la siguiente razón: Las primeras tres afirmaciones están relacionadas al hecho de que "El Ser Mujer" no tiene por qué relacionarse con los estereotipos que la sociedad ha impuesto sobre las mujeres. Desde luego, estoy de acuerdo en este punto. La última afirmación, sin embargo, me dejó pensando. Supongamos que es cierta... ¿Qué es, entonces, ser mujer? Si no hace falta seguir ningún mandato social ni hace falta tener ninguna característica biológica particular, evidentemente para ser mujer no hace falta nada. Es un acto de voluntad, basta con querer ser mujer para serlo. Que una palabra no tenga ningún significado me huele bastante mal. Las palabras sirven precisamente porque su significado nos remite con mayor o menor claridad a algo y nos permite de alguna forma etiquetarlo. Una palabra vacía de significado no es una palabra. Sospecho que debe haber una intencionalidad oculta en el vaciamiento de significado de las palabras "Mujer" u "Hombre". 

2. Definiciones

Dado que me sentía bastante desinformado para seguir formando mi opinión, me incliné hacia varios textos en la temática de género para definir con mayor precisión de qué estoy hablando. Las definiciones son

  • Sexo: El sexo es la condición biológica y genética con la cual nacemos. Hay muchas variables que influyen, entre las cuales están los niveles hormonales, los genes sexuales (XX, XY, XXY, etc) y cómo se expresan físicamente dichos genes. La combinación de estas diferentes variables da lugar a un espectro posible de sexos. En la sociedad hay dos combinaciones que, estadísticamente, son más frecuentes. Estas combinaciones se engloban bajo los nombres de "Hombre" y "Mujer". 
  • Género: El género es el conjunto de características que una sociedad asocia con un determinado sexo biológico. Se refiere a los roles socialmente construidos, los comportamientos y actividades que se consideran apropiados para un "Hombre" o para una "Mujer". Estos suelen denominarse "Masculino" y "Femenino". Obviamente, el género es algo que depende fuertemente de la sociedad en cuestión. En paralelo a la aceptación de los diversos sexos biológicos también surgen otras identidades de género como "andrógino", "género fluido", etc.
  • Identidad de Género: La identidad de género es el género con el cual una persona se identifica. Es el sentimiento de pertenencia al género "Masculino", "Femenino", etc. Puede coincidir o no con nuestro sexo. Dicho de otro modo, un "Hombre" puede identificarse con el género "Femenino" aunque  la sociedad lo asocie comúnmente a la "Mujer".
  • Orientación Sexual: La orientación sexual es nuestra elección a la hora de entablar relaciones sexuales y/o emocionales. Las personas que se sienten atraídas por individuos del sexo opuesto se llaman "Heterosexuales" mientras que las que se sienten atraídas por individuos del mismo sexo se llaman "Homosexuales". A su vez, las personas que se sienten atraídas por ambos sexos se llaman "bisexuales" y la lista sigue y sigue. No está claro en la bibliografía a la que acudí si la orientación tiene que ver con comparar nuestra identidad de género con la de nuestra pareja sexual o comparar nuestros sexos biológicos. 
  • Transgénero: Se denomina "Transgénero" a las personas cuya identidad de género no coincide con el sexo correspondiente según la sociedad.
  • Transexual: "Se denomina "Transexual" a la persona "Transgénero" que ha llevado adelante una operación de cambio de sexo.

3. El Problema

De todas las definiciones, hay una que huele mal: El género. Que una sociedad asocie características distintas al "Hombre" y a la "Mujer" claramente es una construcción sesgada y limitante. No voy a negar que es algo que sucede: en nuestra sociedad la agresividad y la fuerza, por ejemplo, son características que asociamos con "El Ser Hombre" (Con lo "Masculino") mientras que la belleza y la empatía son características que asociamos con "El Ser Mujer" (Con lo "Femenino"). Que esto sucede no podemos negarlo pero... ¿Está bien? Los roles de género son una idea muy arraigada en la sociedad que solo traen problemas. Generan incomodidad y angustia en las personas que quieren realizar actividades que no coinciden con su sexo biológico cuando, en realidad, relacionar un conjunto de actividades y comportamientos con el sexo biológico es una forma de represión ridícula y arbitraria. El género no es simplemente algo que está instalado en la sociedad: es algo que está instalado y hace daño. Es una noción dañina que limita la libertad de las personas a la hora de determinar su comportamiento y solo refuerza estereotipos culturales.

Pongamosle palabras a esta idea. ¿Que es "Lo Femenino" en nuestra sociedad? En el inconciente colectivo, lo femenino seguramente estará asociado a la maternidad, la empatía, la belleza, la fragilidad, las artes, etc. Si esto no les suena completamente podrido, no sé que lo hará. La asociación de cada una de estas cosas con "El Ser Mujer" trae asociados problemas gravisimos. Creer que la mujer se realiza como tal en el acto de ser madre es una limitación para las mujeres a la hora de ejercer la libertad sobre sus cuerpos. Más aún, asociar la empatía o la belleza con "Lo Femenino" hace que cualquier "Hombre" que se sienta identificado con estas características se halle en una contradicción, cuando en realidad no hay contradicción alguna. Asociar características con el sexo es el problema de raíz en toda esta discusión.

El problema, entonces, es el siguiente: La noción de género refuerza estereotipos dañinos para la sociedad. Más aún, el concepto mismo de "Transgénero" ni  siquiera debería existir, cada cual debería poder realizar cualquier actividad y tener cualquier comportamiento sin importar su sexo.

4. La Confusión

Volviendo a la causa original de este problema (y con más información a nuestra disposición) repasemos mi confusión. Lo que no entiendo es lo siguiente: la frase que se escucha comúnmente en estos casos es "soy una Mujer en el cuerpo de un hombre". Esta frase no tiene sentido pues ser mujer es, por definición, una noción biológica que refiere al cuerpo de manera objetiva. Si lo que querían decir es "soy una persona femenina en el cuerpo de un hombre" entonces esa situación solo es un problema solo en relación a los estereotipos de género que la sociedad impone pero no es problema que requiera solución per se.

Indaguemos un poco más en este ejemplo. Imaginemos un "Hombre" que se siente identificado con el género "Femenino". ¿Por qué este "Hombre" querría cambiar su sexo para asemejarse a una "Mujer"? Ya dijimos que "Ser una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre" no es una expresión del todo precisa y, en cualquier caso, tampoco es un problema. Sin embargo, si escuchamos tanto esa frase es porque algo debe significar. Todas las actividades que este "Hombre" disfruta son asociadas por la sociedad con la "Mujer". Más aún, esto le genera una gran incomodidad al "Hombre", dado que le hace sentir que está equivocado de alguna forma. Es perfectamente razonable, entonces, que el hombre intente apaciguar su profunda incomodidad cambiándose de sexo para que la sociedad deje de mirarlo con mala cara. A pesar de que comprendo en parte al "Hombre" y me alegra que haya encontrado una forma de solucionar la situación que lo incomodaba y angustiaba, creo que el problema nunca había residido en que su sexo no coincidiera con su identidad de género. El problema, en primer lugar, siempre fue que la sociedad creó esa relación entre sexo e identidad de género cuando en realidad claramente y como puede demostrar este "Hombre", no existe relación alguna. Por supuesto, dado que cambiar la sociedad en el corto plazo parece ser una tarea demasiado grande para nuestro modesto "Hombre" imaginario, comprendo que este prefiera simplemente realizar la operación de cambio de sexo y solucionar así su problema.

Ahora que hemos desarrollado algunas ideas, creo que puedo expresar donde recide mi confusión. Creo que la misma noción de "Transgénero" es discriminatoria puesto que está generando en el individuo en cuestión la sensación de que su sexo de alguna forma no se corresponde con el conjunto de sus conductas. Está reforzando los estereotipos nocivos de la sociedad y está generando un problema donde no lo había. Cuando el "Transgénero" realiza la operación de cambio de sexo, está reafirmando estos estereotipos. Como ya dije anteriormente, de ninguna forma pretendo estigmatizar la transexualidad, ya muchos problemas tienen como para que este blog sume uno más. Entiendo que, en el contexto actual de las cosas, la operación de cambio de sexo les resulte lo más conveniente para lidiar con la incomodidad que les genera la sociedad. Sin embargo, creo que la política a largo plazo debería ser eliminar las nociones de género. Normalizando las nociones de transgénero y transexualidad estamos yendo en el camino contrario.


5. La idea que quedó en el tintero

Queda una pregunta sin resolver: ¿Porque se vacía de sentido la palabra "Mujer"? Con nuestros nuevos conocimientos, podemos comenzar a pensar en una respuesta. Si el post se refería a que "Para ser femenino o femenina no hace falta tener concha" entonces estoy en completo acuerdo con el post. Si ese era el sentido original del post entonces su objetivo era deconstruir las nociones de género y destruir la falsa asociación entre características y actividades "Femeninas" con características biológicas. Sin embargo, si el post se refería a que "Para ser Mujer no hace falta tener concha" en el sentido de "Mujer" dado por la definición de sexo; entonces simplemente estaba mal. La definición de "Ser Mujer" es tener el conjunto de características biológicas y genéticas que se engloban dentro de dicha categoría.

Creo que la intención de darle al sexo biológico una connotación subjetiva y desligarlo de las características biológicas es una idea completamente posmoderna que no tiene ningún sentido. Es la solución políticamente correcta que ha encontrado la sociedad a la problemática de la transexualidad. En vez de entender la complejidad del tema y darse cuenta de que refuerza estereotipos dañinos de la sociedad, se vacía de significado el sexo biológico. Esto efectivamente también soluciona el problema: El "Hombre" que se siente en conflicto con su sexo debido a que la sociedad determina que su comportamiento es de "Mujer" automáticamente deja de tener conflicto; ser "Hombre" o ser "Mujer" no son más nociones biológicas, son subjetivas así que, solo con sentirse "Mujer" el "Hombre" ya es "Mujer". Se ha solucionado el problema negando su existencia mediante la subjetivización absoluta.

Esta negación de los problemas es típica de la corrección política. El individuo transgénero se encuentra en una situación angustiante e incómoda que resulta un problema para él. La solución verdardera sería entender que la causa de dicho problema reside en los estereotipos dañinos que la sociedad le ha impuesto. La solución fácil es la siguiente: Si el hombre se siente femenino y eso lo angustia porque la sociedad asocia femenino con ser mujer, digamos que por sentirse femenino el hombre es automaticamente una mujer. En vez de entender que el problema es que la sociedad asocie femenino con ser mujer, eliminamos el síntoma de dicho problema. La solución políticamente correcta, como siempre, es solucionar el problema decretando que no es un problema.

lunes, 26 de febrero de 2018

Las Trabajadoras del Fórmula 1 (y el abolicionismo)

Hace algunas semanas me enteré de que a partir de esta temporada en las carreras de Fórmula 1 ya no existirán las "azafatas" o "grid girls" que usualmente se ocupan de acompañar a los corredores, entregar trofeos y realizar otras actividades ceremoniales de las competiciones. En ese mismo instante también me enteré de que prácticamente todas las trabajadoras de dicho gremio están en contra de la medida, dado que perdieron una fuente de ingresos que consideran perfectamente digna. Los argumentos para acabar con este trabajo se centran principalmente en la idea de que cosifica a la mujer, es denigrante y culturalmente transmite un mensaje de misoginia a la sociedad. Estos argumentos contrastan con las opiniones de las trabajadoras, que no consideran haber sido cosificadas ni denigradas nunca. Acá tenemos un problema: Si unos dicen que eran cosificadas y otros dicen que no, evidentemente alguien no entendió lo que significa cosificar.

Según nuestra fuente inagotable de conocimiento, Wikipedia, la cosificación sexual ocurre cuando "se ve a una persona como un objeto sexual dado que se han separado sus atributos sexuales y la belleza física del resto de la personalidad y existencia como un individuo, y los han reducido a instrumentos de placer por otra persona." Bueno, veamos... ¿las trabajadoras eran contratadas únicamente debido a sus atributos sexuales y su belleza física? ✓ ¿Su trabajo consiste únicamente en ser el instrumento de placer (visual, en este caso) de otras personas? ✓. Por lo tanto, evidentemente estamos ante un caso de cosificación sexual. Punto para los organizadores de Fórmula 1. 

Sin embargo, a pesar de que las Trabajadoras de Fórmula 1 eran cosificadas sexualmente, quizás haya algo más para decir. Ellas no solo estaban siendo cosificadas, estaban siendo cosificadas con su pleno consentimiento y a cambio de una suma de dinero. Quizás por eso no se sentían denigradas en su trabajo a pesar de ser cosificadas. Eran cosificadas voluntariamente. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Siempre está mal cosificar?

Esta pregunta no está bien definida; no queremos hablar de si algo está "bien" o "mal". Lo que nos estamos preguntando es: ¿Es la cosificación sexual una práctica que promueve valores negativos en la sociedad, como la misoginia? ¿Es una práctica que coarte en algún sentido los derechos de la persona cosificada?

Para que vean que preguntar si algo "está mal" no tiene sentido pensemos un segundo en este ejemplo: ¿Siempre está mal hacerle daño a otra persona?

Deténgase un segundo a pensar la respuesta... dale, espero... ¿listo? Bueno, ahí vamos:

Si tu respuesta fue un rotundo "Si. Siempre" entonces deberíamos prohibir dicha actividad en todas sus formas, porque siempre está mal. Y como deberíamos prohibirla en todas sus formas, deberíamos, por ejemplo, prohibir el BDSM (abreviación de Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo para los despistados). ¿Se entiende el problema? Si nos ponemos todos de acuerdo y decidimos que hacerle daño a otras personas siempre está mal estamos determinando que la gente que se hace daño de forma consensuada como práctica sexual está haciendo las cosas mal. 

Si dos personas se ponen de acuerdo en que una va a lastimar a la otra no está ni bien ni mal. Es un hecho neutro. Aquí "neutro" significa que no es un hecho que caiga dentro del reino de la ética: no podemos meternos y opinar.

Como ya dije, la discusión interesante no es si algo está bien o mal. Lo interesante es pensar en las causas y consecuencias de esa práctica y sentarnos a discutir si es algo que queremos o no para nuestra sociedad. Me imagino que un hipotético lector podría decir "Bueno, pero el BDSM existe porque vivimos en una sociedad capitalista de amos y esclavos. Cuando alcancemos el socialismo, nadie va a obtener placer del sometimiento o la humillación así que bien podríamos considerar que los que disfrutan el BDSM lo hacen a su pesar, influenciados por la sociedad en la que vivimos, por lo que no hay consentimiento real". Bueno, hipotético lector, esa es una opinión muy interesante pero en este caso no me siento con la autoridad moral para decirle a nadie que sus elecciones sexuales no fueron libres. Por el momento estamos muy lejos de entender cuales son los factores determinantes en la elección de nuestra sexualidad por lo que suponer que algunos tienen una sexualidad libre y verdadera mientras que otros solo están siendo influenciados por la sociedad sin vivir su sexualidad libremente es un poco fascista.

¿Que pasa entonces con la cosificación? ¿Que pasa cuando dos personas se ponen de acuerdo en que una va a cosificar a la otra y ambas aceptan dicha interacción de forma voluntaria? 

Frente a esa pregunta, el mismo hipotético lector podría señalar que dicha interacción no sucede en un taper sino en el marco de una sociedad con valores y costumbres predeterminados. Y en este caso hay que darle la derecha. Más allá de que la cosificación que experimentan las trabajadoras del Fórmula 1 por ser Grid Girls sea consensuada (y en este sentido no ataque sus derechos de ninguna forma), esta cosificación sucede en el contexto de una sociedad machista. Y la cosificación que sufren las mujeres por ser mujeres no está consensuada. Sucede todos los días sin que nadie acuerde nada. El trabajo de Grid Girl puede ser consensuado pero las ramificaciones de ese hecho no lo están. Lo que para las trabajadoras del Formula I es un trabajo digno, para la sociedad no es simplemente un trabajo, también es otra práctica que reafirma la posición de la mujer como objeto para el goce masculino. Lo que nadie dice acá es que el trabajo que hacen las Grid Girls no está mal per se. Cosificar a alguien con su consentimiento es un hecho neutro, lo que pasa es que esa interacción es espejo de la sociedad: Reproduce los valores de la sociedad machista en la que existe. Cualquier relación entre dos personas solo es tan libre como la sociedad en la que sucede. Cuando la sociedad es machista, cualquier relación que ponga al hombre en una situación de poder por sobre la mujer será machista, por más de que dicha relación sea consensuada. Esto no significa que la relación sea machista per se, solo que no es independiente de la sociedad en la que sucede. El día en el que los valores del feminismo y el socialismo [1] se hayan instalado en la sociedad esa actividad aún podría existir y no debería ofender a nadie. Que un grupo se ponga de acuerdo en un standard de belleza y quiera que el personal que trabaja para él tenga esa característica es algo neutro [2]. Si el grupo está conformado por hombres en situación de poder y el personal está conformado por mujeres, entonces cualquier interacción entre ellos solo reproducirá la relación de poder que ya existe en la sociedad entre hombres y mujeres.

¿Que hacemos con las Grid Girl entonces? Eliminar su trabajo de cuajo es atacar el síntoma en vez de la enfermedad. Si esa es la política que queremos seguir, deberíamos prohibir cualquier actividad propensa a ser misógina y ahí dejamos sin trabajo a todas las mujeres del planeta. Más aún, al  prohibir estas prácticas estaríamos invisibilizando el problema de fondo que es el machismo. Esta es la solución políticamente correcta. Los trabajos como el de las Grid Girl no son machistas per se, solo lo son por que la sociedad lo es. Por esto, la otra solución, quizás más compleja y demandante, sería regular dichos trabajos e intentar generar políticas que deconstruyan el machismo desde adentro.

¿Y por qué metí al abolicionismo en el título? Bueno, porque básicamente es lo mismo. Y no, no estoy llamando putas a las trabajadoras de Fórmula 1, no se emocionen. Lo que estoy diciendo es que así como hace unas semanas se consideró que las Grid Girls tenían un trabajo denigrante por la cosificación sexual, el feminismo abolicionista considera de la misma forma a la prostitución. Lo que digo es que así como considero que las Grid Girls trabajaban en un ambiente machista (no por las características del trabajo en sí sino por la sociedad en la que estaba inmerso) creo lo mismo de la prostitución: es un trabajo denigrante y peligroso propenso a la explotación capitalista y la violencia de género porque sucede en una sociedad machista pero no es todo eso per se. Por lo tanto deberíamos pensar si el Estado está listo y tiene los recursos suficientes para regular la prostitución y garantizar la seguridad de las trabajadoras sexuales. Si este es el caso, entonces la solución políticamente incorrecta es legalizar la prostitución y regularla para deconstruir la misoginia desde adentro.

[1] Porque como dice Rosa Luxemburgo: "Quien es feminista y no socialista carece de estrategia; quien es socialista y no feminista carece de profundidad".

[2] Si esto te ofende pensalo de esta forma. Todos los empleadores discriminan a sus empleados de alguna forma. Algunos trabajos requieren que se sea inteligente, otros requieren destreza física. En el caso de un bar, por ejemplo, es un hecho que mozos y mozas bellos van a atraer más clientes. Y eso no está ni bien ni mal.


La Corrección Política en el Cine

Hace unos días fui a ver La forma del Agua. No me gustó especialmente (tampoco me pareció absolutamente mala) pero me sorprendió que es la candidata unánime a llevarse buena porción de los Oscars y que tiene a toda la crítica embobada. Esto me indigno profundamente, como siempre que salís del cine creyendo que todo el mundo debe opinar como vos y te encontrás con que o tenés muy mal gusto o no entendiste la peli. Podría intentar hablar de que lo único bueno de la película es la increíble estética y el uso de los tonos verdes/azules. Podría hablar de que la película es un collage de clichés del estilo “Monstruo bueno perseguido por la autoridad que se esconde con los protagonistas” y debería llamarse “E.T en tonos verdes”. Pero en vez de eso me parece mejor concentrarme en una de las cosas que más me indignaron: La corrección política.

En esta era donde Hollywood (y todo el mundo) se desespera por ser políticamente correcto y no ofender a nadie resulta muy aburrido cuando las películas se esfuerzan –muy alevosamente y de manera nada sutil- por enviar mensajes antirracistas, anti homofóbicos, feministas, etc. Por supuesto, no digo que estos mensajes estén mal pero… ¿es necesario que la película sobre monstruos incomprendidos dirigida por el latino gordo tenga de protagonistas a una discapacitada, una negra y un gay mientras que el malo es un hombre blanco de clase media que reúne todas las posibles características negativas del ser humano? Ya entendimos que discriminar está mal Hollywood, no hace falta que seas tan básico.

La corrección política está mal. ¿Saben porque? Porque después de ver esta película no reconocería a un tipo racista ni aunque me lo pusieran en la cara. ¿Y saben porque? Porque en la película el tipo racista ES EL MAL; ser racista no es solo una característica del personaje, es EL personaje. El tipo es absolutamente unidimensional. En la vida real, muy por el contrario, el tipo racista es más disimulado, tiene amigos, capaz que hasta te invita a un asado, solo que cada tanto dice “negro de mierda”. No quiere que eliminemos a los negros de la faz de la tierra, no es Hitler reencarnado, solo prefiere un doctor Argentino a uno Venezolano. Y todo esto está mal. Está muy mal. Pero es sutil; y hay que saber identificarlo en la gente que queremos. Porque verlo en el villano-misógino-racista-homofóbico-fascista-del-mal es facilísimo pero verlo en tu amigo de la primaria no tanto. Si tu amigo es super gamba ¿Cómo va a ser racista? Los racistas son todos nazis, garcas, sucios y feos… seguro. 

Mucho más difícil es detectar la discriminación en uno mismo. Nadie nunca podría identificarse con el pedazo de ente maligno que la película te muestra como villano. Ese villano está ahí para darnos seguridad, para limpiarnos la conciencia. En vez de servirnos para detectar la discriminación, la oculta. Porque los villanos de película no existen en la vida real así que apuntamos con el dedo a la pantalla con total tranquilidad. Porque nosotros no somos malos nivel Torturo-Y-Violo-Gente-Con-Una-Picana-Eléctrica así que todo bien, no podemos estar haciendo nada malo… ¿no? Sigamos con lo nuestro.

Un ejemplo muy distinto es, por ejemplo, Ron Weasley (Gracias Harry Potter por tanto) con los elfos domésticos, tremendo facho Ron… pero es sutil. El tipo desprecia a los elfos domésticos porque así se lo enseñó la sociedad, no porque sea malo. Y con un poco de esfuerzo e inteligencia aprende que estaba equivocado y al final se preocupa por ellos. Todos podemos ser Ron Weasley. Nadie quiere ser Dolores Umbridge.

El mismo problema sucede de manera inversa: después de ver esta película salís creyendo que todos los gays, negros y mujeres del planeta deben ser pura bondad… porque son de sectores oprimidos, claro… entonces no pueden ser malos, ¿no? No existe negro garca ni mujer jodida ni gay mal tipo sobre la faz de la tierra, obvio. Porque si en nuestra película el gay es malo entonces seguro somos unos homofóbicos así que por si las dudas lavemos a todos los personajes hasta que quede clarísimo que estamos en contra de todas las cosas malas y a favor de todas las cosas buenas. El problema, para mí, es el siguiente:

No sé si lo notaron pero en las películas los personajes que reúnen rasgos que no suelen ser discriminados (como ser blanco, de clase media, heterosexual) son solo personajes, libres de vivir cualquier trama. Representan características universales como “la bondad”, la “inteligencia”, “la maldad” o “la estupidez” de manera independiente a sus características étnicas, raciales, sexuales, etc. Nadie diría que la Forma del Agua es un ataque hacia la heterosexualidad solo porque el villano es heterosexual. Strickland es un villano de manera universal.

Por el contrario, los personajes que reúnen rasgos que suelen ser discriminados casi siempre están en representación de ese grupo. Con pocas grandes excepciones como Samuel L. Jackson haciendo de negro racista en Django y alguna que otra más, por lo general estos personajes están para decirnos como el director ve a dicho sector. Lamentablemente, en el cine de hoy la elección por default para un personaje es que sea blanco y heterosexual. Si el director elige que sea negro o que sea homosexual, suele ser con alguna intención. Y ahí está el problema. Al ver un personaje gay, incurrimos en un pequeño (pero no menor) acto de discriminación y nos preguntamos “¿Por qué habrá decidido el director que este personaje sea gay?”. Jamás nos preguntamos eso de los personajes heterosexuales. Tenemos tan presente la discriminación (tanto porque discriminamos como porque nos esforzamos por no hacerlo) que no podemos evitar hacernos esa pregunta.

La solución políticamente correcta

La solución políticamente correcta es solucionar el problema  decretando que no es un problema.  Esta frase del post anterior quedó r...